martes, agosto 08, 2017

AVENTURAMOS EL MÉTODO QUE PUDO USAR NUESTRA UNIVERSIDAD PENCOPOLITANA

     
La enseñanza durante la escolástica. Imagen tomada
de Wikipedia.
Si analizamos lo que dice la historia, que la Universidad Pencopolitana impartía clases gratuitas de teología, filosofía, arte, derecho y matemáticas aquí en Penco, podemos inferir que nuestra universidad real y pontificia seguía el modelo de la enseñanza escolástica. Aunque este método europeo de la academia, que se había iniciado en el siglo XII y que se prolongó hasta el siglo XVI, seguramente en esta alejada zona del mundo seguía vigente. Baste recordar que la U. Pencopolitana tomó cuerpo aquí a la luz de la congregación de los jesuitas en 1724, pero la idea de una universidad para Penco venía de sesenta y siete años antes, de 1657.
     La escolástica fue una corriente teológica y filosófica que imperó en occidente a lo largo de toda la Edad Media y fue heredera de la Patrística que predominó en la Antigüedad tardía. Junto con las disciplinas indicadas, abordaba sus materias con la fe y la razón. Sin embargo, cuando se producían conflictos insalvables, predominaba la fe. En el aula universitaria de la época se mantuvo un lema, enunciado tanto por san Agustín como por san Anselmo: “la fe que busca comprender”. El método empleado normalmente por la escolástica consistía en la lectura de textos con un debate posterior respecto del contenido y la conclusión que, por lo general la formulaba el profesor. Sin duda, apelaba a la dialéctica y la retórica como una manera de razonar y demostrar. Esta fórmula escolástica fue exitosa durante la Edad Media hasta que se plantearon cuestiones que separaron a la filosofía de la teología y a la razón de la fe.
     Se dice que en las facultades de derecho se estudiaban los decretos imperiales; y en teología se analizaban la Biblia en profundidad, las obras de los padres de la Iglesia y el Libro de las Sentencias de Pedro Lombardo.
    Sin embargo, carecemos de antecedentes acerca de la metodología académica usada en la Universidad Pencopolitana para afirmar lo anterior con certeza. Pero, es posible que no estemos muy lejos de intuir que los sistemas que se aplicaron en nuestra universidad, orgullo del pasado de Penco, fueron escolásticos.

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